Con unos relojes que aúnan un rendimiento técnico y estético notable, Baume & Mercier captura cada segundo en un instante único y celebra los momentos más valiosos de la vida.
En la colección Riviera, la Maison fija los momentos de la vida como un fotógrafo que capta la fugacidad de una acción y pone el foco en la intensidad de una emoción. El tiempo se convierte en una perspectiva, un ángulo, un enfoque; un clic decisivo, una exploración estética. La precisión es un reto; la tecnicidad, una fuerza; el sentido del detalle, una exigencia; el estilo, una firma. Desde su creación en 1830, Baume & Mercier dedica su conocimiento técnico y su espíritu de diseño a sublimar todos los momentos de la vida. ¿Puede haber algo más preciso y vibrante que un cronógrafo? Para expresar la intensidad de estas fracciones de tiempo, la colección Riviera acoge cuatro nuevos cronógrafos disponibles a partir de junio.
THE NEW CHRONOGRAPHS IN THE RIVIERA COLLECTION
Through timepieces that combine technical performance and remarkable aesthetics, Baume & Mercier captures every second in a unique moment and celebrates life's precious moments. With the Riviera collection, Baume & Mercier freezes life's moments like a photographer who captures the fleetingness of an action and highlights the intensity of an emotion. Time becomes a perspective, an angle, a focus; a decisive click, an aesthetic exploration. Precision is a challenge; technicality, a strength; a sense of detail, a requirement; style, a signature. Since its creation in 1830, Baume & Mercier has dedicated its technical expertise and design spirit to every moment of life. What could be more precise than a chronograph to bring them to life? To express the intensity of these fractions of time, the Riviera collection welcomes four new chronographs, available from June.
REVELAR LA FUERZA DE CADA MOMENTO Y LA MAGIA DE LA EMOCIÓN; TRAZAR LOS RELIEVES DEL TIEMPO
Pensados para los momentos personales dedicados a uno mismo, los modelos Riviera Cronógrafo Flyback (10828) y Riviera Cronógrafo de 41 mm (10827, 10825 y 10826) revelan con elocuencia la percepción del tiempo de su portador. Un hombre que se siente dueño de su tiempo y su vida. Seguro de sí mismo, sabe lo que quiere, y sabe lo que espera del reloj que ha elegido y que lo acompaña en cada momento de su vida. Está convencido de su elección porque apuesta por la fiabilidad y el saber hacer; por el legado de una Maison cuya excelencia relojera se perpetúa desde hace casi dos siglos.



EL ARTE DEL CRONÓGRAFO EN BAUME & MERCIER
La historia de Baume & Mercier se caracteriza por una evolución constante de su experiencia en materia de cronógrafos. Baume & Mercier se exhibe en los concursos de cronometría de mayor prestigio, por encima de todos los cuales destaca el del Observatorio de Kew (Inglaterra). En 1887, en él obtuvo la mejor nota del concurso (85,1 puntos sobre 100) con un cronógrafo de ratrapante, y una valoración récord de 91,9 puntos en 1892 para un cronómetro sin llave y con escape de tourbillon. Este éxito temprano sentó las bases de su reputación en términos de precisión e innovación.



La Maison siguió perfeccionando sus habilidades en materia de cronógrafos a lo largo de las décadas 1930, 1940 y 1950, y desarrolló cronógrafos con escalas taquimétricas y telemétricas que dieron lugar a un modelo con complicación de triple fecha y fase lunar. Estos relojes técnicamente avanzados se asociaban con diseños elegantes, a menudo de oro, en cajas de forma cojín o cuadradas.

La adquisición de C.H. Meylan Watch SA en 1952 permitió la producción interna de movimientos, lo que aceleró esta evolución de forma considerable. Baume & Mercier produce cronógrafos con complicaciones cada vez más complejas, entre ellas funciones de fecha completas, fases lunares y totalizadores especializados, todo ello fabricado con sus propios movimientos en su Manufactura de Le Brassus. Fruto del compromiso de la Maison con la precisión técnica y la elegancia del diseño, estos relojes constituyen un legado de cronógrafos muy codiciados.
El desarrollo de cronógrafos continuó durante las décadas siguientes en el seno de colecciones modernas y deportivas, como la línea Malibu y el modelo Capeland, en un retorno a los cronógrafos técnicos deportivos a principios de los años noventa. El cronógrafo también aparece en la colección Riviera en 1993 para celebrar los 20 años de este icono relojero, y más tarde en la línea Classima Executive en 1997, y reaparece en la misma colección en 2024, en una demostración de la experiencia duradera de Baume & Mercier en materia de cronógrafos.
Este legado marca el ritmo de los nuevos modelos Riviera.
